Las Estrellas
Era de noche, él caminaba cabizbajo. El clima otoñal cubría la fría ciudad con una brisa llena de melancolía y se centraba con ahínco en el pequeño parque donde él se esforzaba por guiar los pies a algún destino.
No es que tuviera dolencia física alguna, era mucho peor, era una herida en el alma. Sería largo relatar los acontecimientos que desencadenaron ello, además ya no importaban, ha perdido a su único amor a manos de otro hombre. Ese es el punto.
Sentía su pecho vacío, tan helado como el viento que le rozaba la cara. ¿Por qué se sentía tan triste? Había hecho cuanto pudo y ella había elegido a otro. Amaba a otro.
Involuntariamente fijo su mirada en la banca que tenía al frente, la reconoció al instante , ahí la había conocido. El porqué de sus pies de insistir en llevarlo ahí era un misterio que puede que ni Dios tuviera claro.
Se sentó con la sensación de estar más solo que nunca en su vida. De pronto miró al cielo y las vio, las había olvidado. Las estrellas, comprensivas lo saludaron.
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